EL NIÑO MALTRATADO; UNA VISIÓN INTEGRAL.

Hola de nuevo, un abrazo para todas las lectoras. :)
Por el momento, toca el turno a analizar uno de los problemas más comunes que aquejan a la infancia a nivel mundial; el abuso o maltrato.
La violencia no puede ser justificada en ninguna manera contra nadie, pero mucho menos, contra un niño.
Alto al maltrato infantil


Lo curioso es que muchas veces maltratamos sin darnos cuenta.
Esta entrada va más orientada a aquellos casos en los que los niños son maltratados por sus padres, cuidadores, etc, pero en forma consciente. La forma que más fácilmente puede ser evitada.
El Síndrome del niño maltratado es bien conocido bajo sus formas habituales como es el maltrato físico, el abuso sexual, la negligencia emocional y social, pero existen otras poco conocidas tanto por la comunidad médica como por la sociedad y así tenemos el abuso fetal, el maltrato étnico, el ritualismo satánico, los niños de la frontera, los niños en la guerra, el Síndrome de Münchausen, etc.
El Síndrome del niño maltratado fue descrito por Meadow por primera vez al comunicar el caso en 1977.
El autor, relató el caso de una niña de seis años de edad que en apariencia de sangrado por la orina en forma frecuente, pero que en realidad en este caso la madre era quien contaminaba con su sanfre, la orina de la hija. A esto se le conoció como síndrome de Münchausen la cual es una forma poco común de maltrato infantil.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
"El maltrato o la vejación de menores abarca todas las formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual, descuido o negligencia o explotación comercial o de otro tipo, que originen un daño real o potencial para la salud del niño, su supervivencia, desarrollo o dignidad en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder".
¿Cuáles son las causas?
El síndrome del niño maltratado (SNM) lo originan tres elementos fundamentales para su presentación: un niño agredido que en ocasiones sufre de retraso psicomotor, un adulto agresor y situaciones del entorno familiar que conllevan un factor desencadenante del problema.
La principales causas de maltrato a niños por orden de frecuencia son: medidas disciplinarias (63%), sujetos con alteraciones de personalidad (59%), sujetos con trastornos de conducta (46%), rechazo familiar (34%) y negligencia (34%).
Los principales agresores identificados en el niño maltratado son: la madre (58%), el padre (25%), padrastros (11%) y otros (5%).

Obviamente no todos los padres, o cuidadores son abusivos. 
Las características del agresor son:
Antecedentes de cualquier forma de maltrato en la infancia, desarrollo en ambiente de privación social, falta de criterio sobre las actividades de sus hijos, falta de información y de experiencia sobre la crianza de los hijos, padecer un defecto de carácter que les permite expresar su agresividad con anormal facilidad. 
Enfermedad mental: crónicamente agresivos, compulsivos o pasivos dependientes.
Alrededor de 10% de los padres agresores son sicóticos o muestran una autoestima devaluada, aislamiento social y tensión constante, alcoholismo, drogadicción y fármacodependencia.

¿Quién es la víctima?
El maltrato puede observarse en cualquier edad pediátrica; el maltrato físico es más frecuente en recién nacidos y preescolares (menos de cuatro años) y el abuso sexual prevalece en escolares (con predominio entre 6-8 años); afecta a ambos sexos, en ocasiones es más frecuente en varones cuando es hijo único o en mujeres si ocupan el tercero o cuarto lugar; en el abuso sexual las niñas son más agredidas, la agresión física es mayor en niños. 
Otras caraterísticas de la víctima son malformaciones congénitas o daño neurológico, enfermedades crónicas que requieren atención médica repetida, no corresponder al sexo esperado, niño demasiado irritable, desobediente y sin capacidad para dejar el pañal.

MALTRATO FÍSICO
Las lesiones físicas son una de las formas comunes de maltrato infantil, se considera toda lesión que no se relaciona con la causa que se dice que originó la lesión: en contra de lo que pueda pensarse, el castigo físico como medio de control sobre los hijos sigue siendo el patrón disciplinario y correctivo predominante en nuestra cultura y por ello algo que con facilidad puede derivar en el exceso.
Una de las formas de maltrato físico es el síndrome de sacudida del bebé, el cual se caracteriza por acúmulo de sangre en el cráneo, hemorragia en la retina (ojos) e inflamación del tejido cerebral;
es consecuencia de una sacudida acompañada de golpe a nivel cerebral. Los ligamentos y músculos del cuello de los pequeños son débiles y aún no alcanzan un completo desarrollo, además de que la cabeza es más grande y pesada que el tronco.
El resultado es una lesión por extensión excesiva del cuello, similar a la que se observa en accidentes automovilísticos.
Este mecanismo de lesión puede conducir a lesión neuronal, falta de oxigenación al tejido cerebral  e inflamación cerebral con aumento de la presión dentro del cráneo.  
Lo que lleva a:
Daños al cerebro
Ceguera
Sordera en diferentes grados
Trastornos del habla y del aprendizaje, incluyendo retraso mental
Ataques epilépticos
Daño al cuello y la columna vertebral que pueden variar de intensidad desde torpeza hasta parálisis
Muerte.


DATOS FISICOS QUE ORIENTAN A PENSAR EN MALTRATO INFANTIL.
 Hematomas o moretones de diferentes tonalidades, lo que indica que unos son más recientes que otros.
• Evidencia de lesiones frecuentes previas: cicatrices viejas, o fracturas soldadas con anterioridad observables en radiografías.
• Lesiones alrededor de la boca.
• Lesiones o golpes en la zona perineal o genital.
• Fracturas de huesos largos en niños menores de tres años de edad.
• Vísceras internas rotas sin antecedente de accidente o traumatismo mayor.
• Acumulaciones de sangre recientes o antiguas en el cráneo, especialmente en ausencia de fractura reciente del mismo.
• Hemorragia retiniana (ojos).
• Lesiones raras como mordeduras, quemaduras de cigarrillo o marcas de cuerdas.
• Quemaduras de segundo y tercer grado bien marcadas en sitios extraños.


Los golpes suelen ser la forma más frecuente de presentación de maltrato y levantan sospechas cuando aparecen localizados en glúteos, espalda, extremo superior del brazo y piernas, palmas de manos y pies, cuello, cuero cabelludo y genitales. También se debe sospechar cuando sean hematomas o moretones múltiples o aparezcan en niños menores de un año. A veces tienen forma de mano, son alargadas por golpe con cinturo o circulares por erosión con un cable. 
Las quemaduras son comunes en el síndrome del niño maltratado. Son de varios tipos, las principales: por contacto, quemadura de cigarrillo e inmersión. Las quemaduras por contacto suelen ser circulares y bien definidas,  profundas; por lo común dejan marcas claras: parrilla, plancha, utensilios de cocina,
etc. Las quemaduras por cigarrillo suelen ser circulares de 8-10 mm de diámetro, uniformes y con borde marcado. Suelen aparecer en la cara y en el dorso de manos y pies.

Las quemaduras por inmersión en líquidos calientes en general aparecen en nalgas y extremidades
y tienen una  línea clara entre piel sana y quemada; no se aprecian las típicas lesiones de salpicadura del líquido.  Suelen ser de segundo y tercer grados.

Las fracturas se caracterizan por ser la segunda forma más frecuente de maltrato en niños. Hasta en 55% de los abusos físicos existen fracturas que muchas veces son exageradas en relación con la causa que nos dicen los padres,  o se encuentran en huesos no frecuentes de fracturarse; se pueden comprobar por radiografía.

Radiografía donde se ven las vértebras dorsales y lumbares con malformación, erosión y datos de fracturas antiguas,
Malformaciones en huesos con cicatrices de fracturas antiguas, huesos más pequeños en relación a la edad del niño.

En la siguiente entrada continuaremos con las demás formas de abuso infantil, así como sus efectos psicológicos y las guías de actuación en estos casos.


Fuentes:Clasificación actual del
síndrome del niño maltratado
María Felícitas Guerrero-Cazares,* Francisco Delgado-Guerrero*
Rev Hosp Jua Mex 2012; 79(1): 43-47
The abused child:
Criteria for the radiologic diagnosis
Mary Ann Radkowski, M.D.*
David F. Merten, M.D.t
John C. Leonidas, M.D.ı
RadioGraphics June 1983 Volume 3, Number 2

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Gracias.





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