ALIMENTACIÓN CORRECTA EN LA MADRE LACTANTE

La alimentación en la mujer lactante es muy importante para cuidar y mantener la salud de su hijo y 
la suya propia en la lactancia y en el futuro.
Se sabe que la lactancia materna protege al bebé de varias enfermedades entre las cuales se encuentran: diabetes mellitus tipo 2, obesidad, hipertensión arterial, alergias alimentarias entre otras.
La formación de la leche materna ocurre cuando disminuyen los niveles de estrógenos y progesterona después del nacimiento del bebé. Gracias al reflejo de la succión, aumentan los niveles de oxitocina (estimula la eyección de la leche) y de prolactina (estimula la formación de la leche).





La producción media de leche de una mujer al día se sitúa aproximadamente entre 750-800 ml y se
relaciona con una serie de factores:
– Factores dependientes del lactante: fuerza y frecuencia de las succiones, que tienen una relación directa con el volumen de leche. Estos factores están a su vez relacionados con el peso al nacer y si fue un embarazo a término o no. Los prematuros por tanto, tienen una succión débil que produce menos volumen de leche.
– Factores dependientes de la madre:
• Edad y número de embarazos (realmente tienen poca influencia).
• Tabaco, alcohol, cafeína y el estrés/ansiedad sí tienen influencia en la producción láctea.
• Dieta materna: factor clave para el éxito de la lactancia.

Indiscutiblemente, la leche materna es el alimento perfecto para casi la totalidad de bebés durante los primeros seis meses de vida y hasta los dos años de forma complementaria.

Los casos en los que la lactancia materna no se recomienda son: infección por VIH, drogadicción, tuberculosis,  tratamientos con quimioterápicos (fármacos en el tratamiento del cáncer) , fibrosis quística, niños galactosémicos…

La madre también va a obtener beneficios de este periodo:
• Refuerza los lazos afectivos entre madre e hijo.
• Involución del útero más temprana. (el útero regresa a su tamaño original más rápido).
• Disminuye el riesgo de hemorragias después del parto.
• Disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama y útero (tumores dependientes de estrógenos).
• Ejerce cierto efecto anticonceptivo. (no es muy seguro; si se desea evitar el embarazo en esta etapa se recomienda la utilización de método anticonceptivo adicional).

La mala alimentación de la madre por cortos periodos de tiempo, no afecta en realidad la calidad de la leche, pero si esta mala alimentación y su consecuente desnutrición se extiende por más de un mes, por ejemplo, deriva en una mala calidad de la leche.
Esto implica que el bebé no va a cubrir sus necesidades de nutrición (y puede afectarse su desarrollo normal) y, por lo tanto, será necesario suplementar la lactancia con fórmula o bien sustituir completamente la lactancia.
Si la madre estaba sana antes del embarazo, con un buen estado nutricional, la leche que produzca será de buena calidad aunque su alimentación no sea muy buena, por que ella utilizará sus reservas para alimentar al bebé.

Las concentraciones de vitaminas liposolubles (que se disuelven en grasa: A, D, E y K) y el perfil de las grasas están muy afectados por la dieta de la madre, sin embargo, la cantidad de lactosa (carbohidrato) no se ve muy afectada.
El contenido de ácido fólico se mantiene bastante constante en el tiempo y es necesario agotar las reservas de la madre para empezar a disminuir su concentración en la leche.

NECESIDADES NUTRICIONALES DE LA MADRE LACTANTE

La lactancia le pide al cuerpo de la madre muchos nutrientes, más incluso que durante el embarazo. Esta etapa debe cubrir las necesidades nutricionales tanto de la madre como del niño y además el
gasto de energía que lleva la misma formación de la leche.
Por regla general, se debe aumentar la ingestión de la mayoría de los nutrientes. En especial se produce un aumento de las necesidades de energía y también de todos los nutrientes que tienen que ver en la formación de leche: proteínas, calcio, hierro, cinc, vitaminas A, E, C, B2 y ácido fólico.

Energía
Los requerimientos energéticos de la madre están aumentados en relación a la cantidad de leche producida.
El gasto de energía es de 85 kcal para formar 100 ml de leche (70 kcal que es para el bebé  más 15 kcal que gasta la mama en formarla). Durante los primeros seis meses,  la producción media de leche es de 750 ml/día y en el segundo, de 600 ml/día.

Se calcula que la cantidad de calorías extras recomendadas es de 500 kcal/día.
Lo que se obtendrá de los depósitos de grasa que se almacenaron durante el embarazo. Esto ayuda a que pierdas peso y recuperes más pronto la figura. No se te ocurra ponerte a dieta estricta en esta etapa.

Las dietas estrictas  inferiores a 1.500 kcal (sobre todo al inicio) pueden afectar el éxito de tu lactancia.


Carbohidratos  y fibra
Se recomienda un consumo de 210 g de carbohidratos, principalmente complejos (almidones) como papas, camotes,  y reducir los azúcares sencillos o simples (dulces) mermeladas, pasteles, helados, muy energéticos y con pocos nutrientes.

Fuentes de carbohidratos complejos: cereales, legumbres,


El aporte de fibra debe ser de 29 grs por día.

Proteínas
Se aconseja una cantidad suplementaria de 25 g/día y procurando que sean de alto valor biológico (huevos, carne, pescado y leche).

Fuente de carbohidratos complejos: papas y camotes.



Grasas
La cantidad y calidad de la grasa de la leche depende de muchos factores entre los que se encuentra la dieta de la madre. Las recomendaciones van dirigidas más a la calidad que a la cantidad de grasa ingerida. No debe aumentarse la ingesta total de grasas, pero sí es recomendable un aporte adecuado de ácidos grasos monoinsaturados (omega 9: ácido oleico) y de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega 3 (α-linolénico, EPA y DHA) y omega 6 (ácidos linoleico y araquidónico).

yema de huevo

aceite de oliva


Vitaminas
Las concentraciones de la mayoría de las vitaminas de la leche materna dependen de su dieta y los requerimientos (también de la mayoría de ellas) están aumentados en esta etapa incluso
más que durante el embarazo.

Vitaminas liposolubles (que se disuelven en grasa)

Vitamina A: su déficit va a producir ceguera nocturna y otros problemas de los ojos. La ingesta diaria de vitamina A debe ser de aproximadamente 1.300 μg.

Vitamina E: se recomienda una suplementación de esta vitamina hasta alcanzar una ingesta entre 12-17 mg/día.

Vitaminas hidrosolubles (que se disuelven en agua)

Vitamina C: una deficiencia se traduce en una menor protección frente a las oxidaciones tanto en la madre como en el niño. Para que el aporte sea adecuado, la ingesta debe aumentarse de 60 a 90 mg al día.

Vitamina B12: la cantidad suplementaria recomendada es de 0,4 μg al día. Es importante controlar su ingesta sobre todo en madres lactantes vegetarianas, ya que este tipo de dietas suelen ser deficitarias en esta vitamina. En estas si sería aconsejable un suplemento medicinal.

consumir variedad de frutas y verduras


Minerales
Calcio: según fuentes, no sería necesario un aporte extra en la madre lactante ya que la principal fuente de calcio de la leche materna son los depósitos óseos maternos. Pero una
ingesta deficitaria de este mineral, con el tiempo, se traduce en una descalcificación ósea de la mujer. Para evitar esta situación, se recomienda un aporte extra de 300 mg para conseguir una ingesta de aproximadamente 1.500 mg/día.

Yodo: diversos organismos recomiendan continuar con el suplemento farmacológico que se inició ya en el embarazo (50 μg/día) para llegar a una ingesta diaria de 200-250 μg.

Hierro: por regla general, no se recomienda un aporte adicional y esto se justifica porque la cantidad secretada en la leche materna es relativamente pequeña comparada con las pérdidas menstruales que durante esta etapa no se producen.

Sí es importante valorar la toma de suplemento si se ha producido abundante pérdida de sangre en el parto.

Agua
Una ingesta elevada de agua no va a incrementar la producción láctea, pero sí es fundamental para que al mismo tiempo que el volumen secretado se mantenga, también lo haga un
buen estado de hidratación.



Se recomiendan 2-3 litros al día y consumir más frutas, verduras y hortalizas por su alto contenido en agua.

SUPLEMENTOS POLIVITAMÍNICOS Y DE MINERALES EN LACTACIÓN

En situaciones normales, no se justifica su uso ya que con una alimentación variada y equilibrada se cubren correctamente todas las necesidades nutricionales. Pero en determinadas situaciones sí pueden estar justificadas.

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS GENERALES

En el embarazo como lactancia es importante que la madre siga una dieta lo más variada y equilibrada posible, procurando la ingesta diaria de alimentos de todos los grupos y
con alta densidad de nutrientes.

Utilizar preferentemente aceite de oliva.
Moderar la ingesta de sal.
Un aumento de la ingesta líquida no se traduce en más leche, pero sí es importante para mantener una buena hidratación. Para ello es necesario la toma de 2-3 litros/día fundamentalmente de agua (aunque también pueden ser zumos y bebidas con bajo contenido en azúcar y alcohol).

Frutas, verduras y hortalizas nos aportan al mismo tiempo líquidos y vitaminas hidrosolubles.

Se aconseja repartir la ingesta total en 4-6 tomas diarias.

Debe tenerse precaución con los alimentos que puedan interferir con el olor, el sabor de la leche materna como son: chile, coles, coliflor, ajos, cebollas, espárragos,rábanos, alcachofas, especias picantes o irritantes (mostaza, pimienta…) Parece ser que incluso pueden producir molestias
intestinales en los bebés.

En casos de alto riesgo de alergia, la madre debe evitar el consumo de leche de vaca, huevos, pescado azul, chocolate, frutos secos, frutas rojas y exóticas… Son los alimentos que con mayor frecuencia son responsables de las alergias alimentarias y que al transmitirse los alergenos (normalmente
proteínas) por la leche materna, podrían sensibilizar al bebé.

Especial atención con determinadas sustancias que pueden afectar al bebé como a la producción de leche:
a) Etanol: tóxico para el bebé; disminuye los niveles de oxitocina y por tanto afecta a la eyección de la leche. La Asociación Americana de Pediatría admite una ingesta
de hasta 0,5 g/kg/día. Evitar tomarlo dos horas antes de la toma del pecho.

b) Tabaco: disminuye la oxitocina y la prolactina, lo cual se asocia también a una lactancia de menor duración. Posee numerosas sustancias tóxicas para el niño.

c) Cafeína: de refrescos, café, té… Relacionada con irritabilidad, nerviosismo y trastornos de sueño del bebé.

Con respecto a los alimentos que nos recomiendan las amigas, o las abuelas no me queda más que recomendar la "prudencia" por que no están demostrados científicamente.

Algunos son:
• Cerveza: parece ser que puede estimular la producción de prolactina, pero en cualquier caso no puede recomendarse por su contenido alcohólico.
• Infusiones «naturales»: de hinojo, anís estrellado, comino, alcachofa… No son perjudiciales para la madre pero según las concentraciones podrían resultar tóxicas para el bebé.
• Chocolate: se dice que al ser un alimento muy energético, ayuda a tener más leche; absolutamente falso.

Para las mamás han subido mucho de peso, y que no pueden perderlo se aconseja los siguiente:

• La alimentación en esta etapa es absolutamente normal, sin tener unas necesidades muy especiales. Solamente es fundamental estar bien nutridas y, por ello, es bueno aumentar a la dieta unas 500 kcal como se mencionó antes, pero no más.
• Las dietas estrictas no son recomendables si realmente desea amamantar a su hijo.
Se necesita tomar alimentos de todos los grupos, pero en estos casos se aconseja disminuir la ingesta de grasas (incluido el aceite), embutidos, azúcares refinados, pan , refrescos, frutos secos, quesos grasos … es decir, alimentos con muchas calorías, sustituyéndolos por más pescado,carnes blancas, fruta, verdura, hortalizas y lácteos descremados.
• Realizar a diario ejercicio físico suave, aeróbico (para no producir ácido láctico) y preferiblemente después de amamantar.
• Evitar los alimentos fritos en mucho aceite y los empanizados. Así se disminuye el aporte calórico y se mejora la digestibilidad de las comidas.

Si se siguen estas recomendaciones, se puede ir perdiendo peso de manera segura al mismo tiempo que estamos alimentando correctamente a nuestro bebé con lo mejor de nosotras mismas: la leche materna.

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Gracias.

Fuente:
Nutrición en la Madre Lactante
Rocío Cayuelas Sanchis E. Farmacéutico Comunitario Vol 3 Num 3 2008


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